El 9 de enero de 2025, las declaraciones de Ricardo Patiño, figura clave del correísmo, han desatado una nueva controversia. Durante una concentración, Patiño afirmó que, en caso de que el correísmo retome el poder, Rafael Correa regresará al país y Jorge Glas será liberado, lo que ha generado intensas reacciones políticas y sociales. Sin embargo, un día después, el excanciller acudió a una emisora radial para retractarse, asegurando que sus palabras fueron malinterpretadas.
«Una imprudencia electoral»
Según analistas, las declaraciones iniciales de Patiño fueron vistas como un error estratégico por el buró central del correísmo, forzándolo a rectificar públicamente. No obstante, el daño ya estaba hecho. Paola Cabezas, una de las figuras destacadas del movimiento, desmintió a Patiño, mientras que el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, calificó de “grosera” la politización que el excanciller mostró en otro incidente reciente relacionado con niños desaparecidos.
Patiño, en su rectificación, recurrió a la frase común de que sus declaraciones habían sido «sacadas de contexto». Sin embargo, los audios y videos del evento del 6 de enero dejaron claro que su propuesta implicaba ignorar el sistema judicial ecuatoriano y reinstalar a figuras clave del correísmo, como Correa y Glas, sin procesos legales claros.
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Un historial polémico
Ricardo Patiño no es ajeno a las controversias. Desde los escándalos de los «pativideos», donde negoció la venta de bonos de deuda ecuatoriana en condiciones cuestionables, hasta el caso de la «narcovalija», que involucró el uso del sistema diplomático para el tráfico de drogas, su figura ha estado marcada por la polémica.
A esto se suman casos graves como la desaparición de 10 fusiles Kalashnikov cuando era Ministro de Defensa y su participación en mitines golpistas contra el expresidente Lenín Moreno, que lo llevaron a exiliarse en México.
El correísmo en la mira
Estas declaraciones y rectificaciones han puesto al correísmo en una posición incómoda a meses de las elecciones. Las críticas internas y externas reflejan las divisiones dentro del movimiento, mientras la oposición utiliza este episodio como una advertencia de lo que consideran un intento de reinstaurar políticas autoritarias y deslegitimar las instituciones judiciales del país.
El regreso de figuras como Correa y Glas continúa siendo un tema polarizador en la política ecuatoriana, y las palabras de Patiño solo han intensificado el debate.